29 octubre 2008

Play it again John



A veinte años del estreno de la película que lo sacó del anonimato under, -Hairspray (1988)- John Waters prepara su nueva producción, Fruitcake, que según se rumorea en internet tendría algo de “infantil”. Aunque muchos dudan de este aparente giro en la carrera del Rey del vómito, tal vez, no resulte tan extraño si evaluamos sus maneras de atravesar los pringosos caminos de la estética contracultural.

John Waters comienza su carrera en los años 60 con filmes experimentales en 8 y 16 mm. utilizando una receta de litros de sangre falsa, sexo explícito, ironía, kitsch y estética bizarra; todo sazonado con altas dosis de humor que se convierten en el plato más des/agradable que alguien haya comido.
Sin embargo, son los cortos y mediometrajes de los años 70 los que le darían el sobrenombre de “Santo Padre de lo cochino”. No hay ninguna nota o comentario sobre él que no haga referencia a Pink Flamingos (1972) y particularmente a la escena de Divine comiendo excremento de perro en tiempo real. Esta película, narra la epopeya de Divine en su lucha por conseguir el título de persona más inmunda del planeta; su tranquila vida en una casa rodante al lado de su madre, débil mental y fetichista de los huevos.
Pink Flamingos, junto con Multiple Maniacs (1970) y Female Trouble (1974) componen la “trilogía del mal gusto”. Todas protagonizadas por la diva drag, Divine (Harris Glenn Milstead), quien fuera su compañero de colegio y musa en esta etapa de su filmografía. Todas las películas retratan al mundo marginal de los Estados Unidos; personajes freaks, excluidos de la sociedad: homosexuales, débiles mentales, alcohólicos, drogadictos, delincuentes juveniles o personas con fetiches bizarros y relaciones incestuosas.
El motivo por el que “todos amamos a Waters” es justamente que en ningún momento hace un circo de estas “anormalidades”. Debajo de esta grasienta capa de escatología y patologías sexuales, se esconde un tipo con una sensibilidad especial por todo aquello peculiar y grotesco que podemos tener los seres humanos, inclusive aquellos considerados “normales”, -en este blog preferimos la mormalidad-.
Se ha dicho que los 80 es la década de su entrada al cine más comercial, para matizar un poco, vale decir, que si bien abandona la escatología y su intención deja de ser la de provocar el vómito, no se trata de películas comerciales a la manera tradicional. Polyester (1981), Hairspray y Cry Baby (1991) actúan como bisagra kitsch de la siguiente etapa en donde la mirada estará puesta en otra clase social.
Con Serial Mom (1994), una hilarante reconstrucción de la vida de una familia de clase media alta, cuya matriarca –la increíble Kaitlin Turner- comienza a asesinar a todo aquel que afecte la armonía familiar. Sin duda alguna, la intención fue mostrar la doble moral y la hipocresía de la sociedad estadounidense, encarnada, curiosamente, no en la mamá asesina, sino en aquellos que la rodean, y sobre todo en sus víctimas, que siempre parecen merecerlo. Pecker (1998) es una película pequeña, sencilla, pero enorme a la hora de entender la trayectoria de John Waters. En ella, el protagonista, un joven fotógrafo de pueblo es “descubierto” por una curadora de arte neoyorkina y lo coloca en la disyuntiva de seguir retratando a su familia, amigos y vecinos, en momentos no muy estéticos (lo cual incluye un primerísimo primer plano de un pubis femenino) y convertirse en un “seguidor de su propia moda” o encontrar otros objetos a los cuales fotografiar. El joven Pecker opta por la segunda opción y se las toma con aquellos mismos que han legitimado su obra, y demuestra que artistas, curadores y art-dealers no se diferencian tanto de los feos, sucios y malos del pequeño pueblo.
John Waters en su evolución de la casa rodante white trash al suburbio clase media alta de Maryland, también tomó la opción de renovarse, se sacó un poco de vómito, excremento y saliva y se fue a revolver la basura de otro barrio, la del barrio que ahora lo mira por tevé.
La década del 90 fue la década del Dogma, con pretenciosos cineastas deseosos de mostrar el lado escatológico y terrible de la vida; a estos directores se le sumaron varios directores del cine independiente norteamericano (Harmony Korine –Gummo-, Larry Clark –Kids-). Hay quienes han establecido cierta relación con las películas de Waters, sin embargo, existe una diferencia fundamental entre ellas y esta nueva generación: y es la delgada línea que separa la crítica y la ironía con el golpe bajo: el humor. En las películas de Waters, no nos reímos de los personajes sino con ellos, somos parte del grupo, somos negros, tontos, travestis, gordos, drogadictos, asesinos, mujeres de “débil moral”, terroristas y alcohólicos.
Después de A Dirty Shame (2004) –estrenada como Adictos al sexo en Argentina-, en donde vuelve un poco a la chanchada de sus orígenes, película fallida, sin demasiado efecto, ni para el público en general, ni para sus fans, se espera con ansiedad la salida de Fruitcake.
En este film, el protagonista será un niño que lleva como nombre su postre favorito (torta de frutas); él y sus padres son pillados mientras roban carne de una tienda, sin soportar la situación, decide escaparse de casa. En su huida, conocerá a una niña que está en la búsqueda de su madre biológica sin el consentimiento de sus padres, una pareja de homosexuales. Se trata de una nueva generación, la de los hijos de los “degenerados”, y a ellos ya no les llama la atención ni la escatología ni el sexo.
Si miramos hacia atrás, pareciera que ya todo ha sido dicho, y hecho, y más si pensamos que junto a Waters y sus Dreamlanders, los Andy Warhols, los Burroughs y los Passolinis, han horrorizado y desconcertado a varias generaciones, y que hoy estamos controlados por un mercado que engulle rápidamente aquello que es contracultural para convertirlo en cultura de masas.
Sin embargo, no se trata de predecir el Apocalipsis, sino todo lo contrario, tal vez simplemente haya que entender que la rebeldía pueda pasar por otro lado, con otras estrategias, que no implican –necesariamente- ni sangre, ni sexo, ni drogas, ni rock & roll. El señor de traje y bigotito finito parece haberlo entendido.

14 comentarios:

lombriza dijo...

La proxima vez escribo sobre la interesante y frugal filmografía de VIN DIESEL!!!!

theremin dijo...

jjajaajjaja yo lo unico que voy a decir es que quien usa zapatos blancos un día de lluvia o que no sea verano merece una muerte espantosa. jajajajaja

Brunomilan dijo...

"Pink Flamingos" es una de mis peliculas favoritas de todos los tiempos (y "Female Trouble" esta por ahi), durante mucho tiempo recomende sus peliculas a mas no poder a quien quisiera escucharme, me siento feliz de saber que asquie a un par de personas.

Y si, me encontre con un blogger con el cual chateo y la pasamos barbaro (sono raro eso pero fue asi). Habria que hacer una gran reunion blogger en un shopping de moda y bucar alguna tribu urbana a quien pegar je...

j dijo...

hagamos un pasito blogger

r dijo...

no se pone más frugal que vin diesel

lombriza dijo...

theremin: clase de algo, theremin susurra "no puedo creer que justamente B. use pantalón blanco en un día de lluvia"

bruno: creo que yo trato de recomendar las más "visibles", no tiene mucho sentido que se espanten y no vean nada, a menos que sea alguien a quien realmente detesto.
acabo de imaginar a una señora entrada en años viendo a divine y viéndose reflejada en ella y por lo tanto sintiendo inmediato rechazo.

j: entonces, pies paralelos semiabiertos, un brazo arriba, el otro en 90° los bajas y los subis...

r: creo que no sé que significa frugal, pero me sonó a fruta y vin es un frutero, que tampoco se que significa.

saludos!

theremin dijo...

yo en una época decía "frugalidad" cuando quería decir "fruición". era cuando tenía como 12 años y me quería hacer la que usaba palabras raras, como antonomasia o paroxismo, que tampoco sé qué significa.

Y respecto a lo de B, boluda no daba!!! día de lluvia!!! el blanco no va, como así tampoco los pasteles ni el beige.

j dijo...

la palabra frugalidad me suena a una canasta con frutas, me da hambre

Anónimo dijo...

sutien

lombriza dijo...

Theremin: sigo sin saber que es frugal, me encanta el misterio.

j: definitivamente frutas, frutas exóticas en grandes cantidades.

empiria: sin sutien.

theremin dijo...

AAAAAHHHH AHHHHHH



(Me encanta que digan sutien)



(y que lo escriban sin o)

AMOR, AMOR, AMOR, AMOR

Anónimo dijo...

frugal.

(Del lat. frugālis).


1. adj. Parco en comer y beber.

2. adj. Dicho de una cosa: En que esa parquedad se manifiesta. Vida, almuerzo frugal.




Real Academia Española © Todos los derechos reservados

Anónimo dijo...

parco2, ca.
(Del lat. parcus).

1. adj. Corto, escaso o moderado en el uso o concesión de las cosas.

2. adj. Sobrio, templado y moderado en la comida o bebida.


Real Academia Española © Todos los derechos reservados.

no creo que vin diesel sea frugal

lombriza dijo...

theremin: yes, I know!



anónimo: pero fue bonito creerlo durante unos instantes...


No?