Madre, Posmoderna?

Después de pasar tanto hambre, por fin la visita esperada: mi madre.
Si, claro, aparte de dinero, fotos, cartitas, dulce de leche, huevos de pascua, alfajores y etcéteras se trajo a ella misma.

Madre posmoderna, joven (40 pirulos), amiga de mis amigos, tiene un proyecto teatral con jóvenes perdidos de alrededor de 25, tiene mucha onda para vestirse, adora a Leo García, organiza fiestas en donde los invitados son personas que me agradan extremadamente (y hasta considero amigos), siempre sabe de mis historias amorosas, sabe que ropa me gusta y jamás me cuestionaría que vuelva borracha a las 10 de la mañana.

Soy la envidia de mis amigos, "que copado debe ser tener una vieja así" me dicen con frecuencia. Conociendo algunos especímenes cercanos, las madres suelen ser sobrepotectoras, controladoras, un poco pasadas de moda, chillonas, protestonas y millones de cosas que ustedes deben estar repitiendo en sus cabeza en este preciso instante.
Tengo amigos que inconscientemente (o no tanto) huyeron de sus casas hacia otras ciudades, pero que aun así no consiguieron escapar de los reclamos, las preguntas invasivas, las sacadas en cara, las frases víctimas y los consejos nutricionales que la mayoría de los mortales son víctimas en su vida cotidiana.

En mi caso, después de convivir 22 años con mi madre posmoderna, me fui a un pais lejano con pocas posibilidades de comunicación, es decir, no hay manera de que mi madre me llame todas las mañanas o que controle cuanto dinero estoy gastando o que constate si me estoy abrigando lo suficiente. Realmente me despegué, no fue muy dificil realmente, su mentalidad posmoderna me había educado justamente para este momento, vivir sola y no depender de nadie y no extrañar a nadie, ni siquiera a ella.

Llegó un viernes por la mañana y después de un abrazo aséptico, nos dedicamos a hacer lo que más nos gusta, conversar mucho, parecía que no había pasado ni un día desde que me fui.

Muchas anécdotas y poco llanto, la madre posmoderna escuchó atentamente todo aquello que yo no había podido revelar a través de los parlantes públicos de la compu familiar. Conviví con mi madre alrededor de 5 días y comprobé aquello que yo ya sabía pero que muchos se negaban a creer: mi madre posmoderna en el fondo, no es más que una madre comun y corriente.

Entró al departamento y lanzó una exclamación: "Son muy ordenaditas ustedes, no??" claro, yo ni me había tomado el laburo de recoger el monte de papeles, corpiños, envoltorios de galletitas, tickets del super, lapiceras, medias sucias y demases que había desparramado en mi bonito monoambiente, los platos estaban sucios y las camas sin hacer. Si mi madre fuera normal, probablemente lo hubiera hecho, pero como tengo una madre posmoderna ni se me cruzó por la cabeza que tenía que acomodar las cosas para recibirla.

"Andá a internet si querés, yo te lavo la ropa" después de lavar a mano mi ropa por casi 3 meses hasta me sonó ofensivo que me ofrezca lavarme la ropa mientras yo boludeaba en el ciberespacio, a pesar de que desde que volví de San Pablo, Paraty e Isla Grande que no lavo ni una remera y ando en pijamas todo el día.

No puedo describir la cara de horror que puso cuando vio nuestro repasador. "Má, quedate tranquila que el miércoles vienen a cambiar la ropa de cama y el repasador " El martes cuando toda la ropa estaba seca (finalmente lavamos las dos juntas), no pudo dejar de exclamar: "Viste, si lo lavabámos ayer, ya estaba todo sequito"

Después de haberme hecho un recuento de los chismes familiares agregó un "tirá ese par de medias y esa remera dame que te la plancho" No! me gusta así, arrugada!, le dije, guardé la ropa arrugada en el ropero en un arranque de "soy-grande-y-muy-independiente".

Mi madre posmoderna como buena estudiante de Teatro, deja que Beatriz Labatte le masacre cada músculo de su cuerpo con contorsiones y ejercicios de fuerza, pero si la llevo a caminar a la Lagoa, me recuerda que, "Tengo el doble de tu edad chiquita, ya no estoy para esos trotes"

Para rematarla, justo cuando ya parecía que estaba todo listo para su partida, se acordó de un comentario que hice sobre mi regalo de quince años el día anterior y comenzó a reclamar cuan desagradecida soy, que nunca me acuerdo de los esfuerzos que hace por mi, el sacrificio y las pelotas. Mi exasperación: inenarrable.

Mientras angustiadas esperabamos cruzar una avenida, rompió en llanto por primera vez en mucho tiempo, "te voy a extrañar muchoooo" Si si señores mi madre posmoderna también tiene sentimientos. Le advertí: voy a postear sobre vos. Se sintió importante y se calmó.